El desciframiento de códigos (criptoanálisis) desempeñó un papel fundamental en la victoria de las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes habían Inventado la máquina Enigma, que utilizaban para codificar mensajes secretos con información militar importante, corno las posiciones de sus letales submarinos U.

Cuando se usaba la máquina para escribir un mensaje, éste era encriptado en uno de los  trillones de combinaciones posibles. Esto se lograba por medio de un algoritmo —o “llave”- que se cambiaba cada 24 horas. Por ello, descifrar  uno de estos mensajes resultaba extremadamente difícil.

Sin embargo, hubo una persona que lo intentó con éxito: Alan Turing. Nacido en 1912, gozó de una crianza relativa mente privilegiada, y asistió a una prestigiosa escuela en Dorset, Inglaterra, antes de estudiar matemáticas en la Universidad de Cambridge.

En 1936 tuvo la idea de construir una máquina programable, que fue conocida como “máquina de Turing“, con la que demostró que cualquier problema matemático puede resolverse siempre y cuando se represente como un algoritmo. Hay quienes argumentan que esta máquina fue el modelo para las computadoras modernas.

Turing empezó entonces a trabajar medio tiempo para la Escuela Gubernamental de Códigos y Cifrado. Tras haber Iniciado la Segunda Guerra Mundial, recibió órdenes secretas de reportarse en Bletchley Park, una vieja mansión en Buckinghamshire. El Joven matemático no podía imaginar que ese lugar se convertiría en el centro de Inteligencia británica durante la guerra, y que él sería parte fundamental del futuro de la misma.

Junto con el matemático Gordon Welchman, y utilizando información obtenida por los polacos sobre Enigma, Turing desarrolló un dispositivo electromecánico conocido como Bombe. Aunque los polacos hablan leído algunos mensajes de Enigma con éxito, usando sistemas de decodificación más simples, Bombe descifraba cualquier mensaje -siempre que se lograse identificar el símbolo criptográfico de 20 letras diferentes—. Se cree que el trabajo de Turing acortó la guerra por lo menos 2 años.

Después de la guerra, Turing trabajó en el diseño de un motor de computación automático (ACE, por sus siglas en inglés),  que corrió su primer programa en 1950. También escribió un programa de ajedrez: con él, la computadora se tardaba media hora en hacer un movimiento.

Sin embargo, su trabajo se vio interrumpido en 1952 cuando se le acusó de ultraje contra la moral pública por tener relaciones sexuales con otro hombre. Turing se declaró culpable, pero en lugar de ir a prisión, accedió a un tratamiento hormonal. Por si aquello no fuese castigo suficiente, se le vetó y no pudo seguir trabajando para el gobierno. Se quitó la vida 2 años después. En 2013 se le otorgó el perdón bajo la Prerrogativa Real de Misericordia, tras una campaña apoyada por miles de personas, entre ellas el profesor Stephen Hawking.